Las estaciones, la temperatura y el vino: cómo afecta el tiempo al vino  1

El clima es un factor decisivo en la elaboración del vino, pero, ¿sabes cómo influye sobre su sabor y sus propiedades? Cuando se trata de disfrutarlo, ¿cuál es la temperatura óptima del vino tinto y a qué temperatura debemos servir el vino blanco? ¿Cuáles son los mejores vinos para cada estación? ¡Sigue leyendo y respondemos a todas tus preguntas!

El clima, determinante en la calidad de la añada

Cada gota contenida en una botella de vino es un reflejo de la tierra en la que se elabora. La variedad de uva, las características del “terroir” o los métodos de viticultura utilizados influyen sobre sus propiedades organolépticas, así como el clima. Las temperaturas, la cantidad de luz solar y las precipitaciones son algunas de las variantes principales que determinan la calidad de cada añada.

¿Cuál es la relación entre el calor, la lluvia y el vino? En las regiones con climas fríos, el ciclo de maduración de la uva es más corto. Como consecuencia, el vino tendrá una mayor acidez y menor graduación alcohólica. Por su parte, en las regiones con climas cálidos, con un ciclo de maduración más largo, se producen vinos con más cuerpo y menor acidez, intensos en color y aroma, con mayor graduación alcohólica y carga tánica. 

La temperatura del vino para una copa perfecta

Una vez en la copa, la temperatura también es fundamental para disfrutar del vino como se merece. En lo relativo a su servicio, la temperatura del vino tinto es diferente a la temperatura del vino blanco o los espumosos. A continuación, te contamos cuáles son los mejores vinos para disfrutar en cada estación y su temperatura óptima de servicio.

Vinos para verano y primavera 

El verano es la época perfecta para disfrutar de la frescura de los vinos blancos y los rosados. El sabor y el aroma de estos vinos se realza al servirse fríos, pero, ¿cómo debe tomarse cada uno? La temperatura del vino blanco debe oscilar entre los 8 y los 10ºC, si se trata de un blanco joven, y entre 9 y 12ºC, en el caso de los blancos con crianza. Por su parte, si quieres probar con un vino rosado, la temperatura óptima de servicio debe ser de entre 10 y 12ºC.

Además, los vinos dulces también son fantásticos como vinos de verano, con una temperatura de servicio de entre 7 y 9ºC. Otra buena opción para refrescarnos durante la temporada estival son los vinos espumosos y frizzantes, que deben tomarse bien fríos, manteniendo la temperatura del vino entre 6 y 8ºC.

Si buscas buenos vinos para primavera, los vinos rosados son magníficos para esta estación, con temperaturas más tibias. En este caso, la temperatura de servicio del vino debe estar entre 10 y 12ºC.

Vinos de invierno y otoño

Con la llegada del otoño y el invierno, apetecen vinos con más cuerpo y mayor carga tánica. Los vinos tintos son los reyes indiscutibles de los vinos de invierno. En esta época podemos disfrutar en toda su plenitud los vinos tintos con crianza, intensos y complejos, pero también es un momento fantástico para los blancos con crianza. 

En cuanto a la temperatura del vino tinto a la hora del servicio, depende de su tiempo de guarda: entre 15 y 16ºC para los tintos jóvenes, entre 12 y 15ºC para los Crianza y Reserva y entre 17 y 18ºC si se trata de un tinto Gran Reserva. 

Como ves, cualquier época del año es un buen momento para disfrutar del vino. Ahora, ¡solo tienes que elegir el tuyo!

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