LeDomaine
Abadía Retuerta LeDomaine 2013, un blanco de guarda

 

En la vida la suerte es siempre un factor importante, pero también es verdad que a los triunfadores la suerte les suele pillar trabajando. Y comienzo este artículo hablando de suerte, porque fue fruto de la casualidad que un grupo de monjes Premonstratenses llegaran a esta finca a orillas del Duero allá por el año 1146 y fundaran el Monasterio de Nuestra Señora de Santa María de Retuerta, y que ya en aquella época empezaran a plantar las primeras cepas de variedades procedentes de la región de la Borgoña francesa.

Es también fruto de la casualidad que tras pasar por distintos propietarios desde la desamortización de Mendizábal, acabara la finca en 1990 en manos de una empresa farmacéutica suiza, Novartis, sin ninguna vinculación con el mundo del vino, y que esta empresa decidiera invertir en la finca, tal vez por su proximidad a los viñedos de Vega Sicilia, para llegar a elaborar algunos de los mejores vinos de España. Naciendo así Abadía Retuerta, uno de los más singulares proyectos enológicos y turísticos de Castilla y León. De la vertiente enoturística ya hablaremos en otra ocasión.

También fue la casualidad la que hizo que aparecieran 900 cepas de la variedad Sauvignon Blanc en una parcela que en teoría se había plantado de Merlot en 1994. La curiosidad hizo que desde 1998 se haya vendimiado y elaborado esa Sauvignon Blanc, apreciándose que el terreno y el clima es idóneo para es variedad blanca. Por ello, se empezó a injertar las plantas restantes de Merlot de la parcela con más Sauvignon Blanc, Verdejo, Godello y otras variedades.

Abadía Retuerta LeDomaine 2013
Abadía Retuerta LeDomaine 2013

 

El resultado de estas casualidades junto al siempre eficaz trabajo lleno de pasión de Ángel Anocíbar, uno de los grandes de la enología de nuestro país, es Abadía Retuerta LeDomaine 2013, un blanco de guarda, que es ya la tercera añada en el mercado. Un vino procedente en un 60% de Sauvignon Blanc, y un 40% de otras variedades blancas, principalmente Verdejo, y en cuya elaboración pasa por una crianza de entre 5 y 6 meses en barricas nuevas de roble francés, y que, como todo lo bueno, se hace querer, elaborándose de esta añada tan sólo 12.500 botellas y 300 magnum, y, que según su ficha de cata seguirá evolucionando positivamente a lo largo de los próximos 10 años.

El fruto de esta elaboración es una delicia para los sentidos, un vino equilibrado y lleno de una notable complejidad de aromas que van desde las frutas tropicales a notas de levaduras y panadería, y tonos tostados aportados por la barrica. En boca tiene un sabor fresco, con notas cítricas y ligeramente especiado. Como corresponde a un blanco de guarda, y a su paso por barrica, es un vino con cuerpo, untuoso, con un final largo, muy fresco y delicado.

En conclusión, un vino que es un poco fruto de la serendipia, muy diferente a los vinos blancos que suelen elaborarse en nuestras latitudes, y, que a un precio que ronda los 20-23 euros por botella, nos promete horas de placer. Un gran trabajo de una gran bodega.

Y para acabar, una sugerencia de maridaje. Creo que el resultado de combinar la acidez y frescura de este vino con su estructura y untuosidad pueden dar la réplica perfectamente a un buen pollo de corral guisado en pepitoria. ¿Alguna sugerencia más?

 

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