La sociedad es permeable. O en mayor medida, influenciable. De esa capacidad de recibir impactos del exterior y asimilarlos —algo que de por sí no tiene que ser malo— nace la importancia de elementos como el packaging. El vino no es una excepción puesto que el enoturismo es una tendencia creciente y en España hay grandes bodegas y tierras de vino por descubrir en primera persona. De ahí la importancia de elaborar un exterior que acompañe a la gran calidad contenida en la botella de vidrio, como con las cajas de regalo, aspecto que abordaremos un poco más avanzado el post. Vayamos primero con el packaging y su importancia en la decisión de comprar o no comprar.
El packaging, el aliado invisible
Puede que a muchos consumidores les pase por alto pero el embalaje, dicho llanamente, tiene un impacto muy importante en ellos. Desfilar entre los lineales de un supermercado por ejemplo y tener al alcance variedad de marcas ofreciendo un mismo producto y de características muys similares hace que el exterior sea un gran elemento a la hora de inclinar la balanza en favor de uno u otro productor. Como se comenta en el blog especializado en marketing PuroMarketing: “La competencia de los mercados ha impulsado la importancia del packaging, que engloba y envuelve tanto a la identidad visual como al logotipo, determinando en gran medida las decisiones de compra de los consumidores”. Todo ello tiene una fuerte raíz en la relevancia de la imagen corporativa en general, en ese poso de valores que toda empresa tiene (o debería tener) e intenta trasladar a su público con el objetivo de intentar fidelizarlo.
Y ese poso de valores se lee tanto a futuro como en pasado. Son muchas las marcas que están apostando por la estética vintage ahora que está tan de moda. Pero el pasado no cuenta sólo a efectos de imagen, sino que especialmente hay que saber tener en cuenta cuál viene siendo la imagen y valores que una marca viene trasladando a sus clientes para que un packaging demasiado diferente y alejado de lo que solía ser no rompa el vínculo establecido con el público. Así de grande es el poder del packaging. Por otro lado también es importante saber de dónde se viene, qué se ha hecho en la empresa a nivel de packaging previamente y cómo ha respondido el público, para sobre ello poder dibujar estrategias efectivas a futuro. Se convierte así en un potente aliado, el packaging, pese a que la masa de consumidores perciba apenas sutilmente el influjo de un envase y su estética en sus acciones.
Enoturismo y cajas de regalo
El enoturismo, por su parte, encaja a la perfección con una parte del packaging como estrategia comercial. ¿Cómo? Pues es sencillo. Si la estética de un envase puede dar mucho a entender sin necesidad de usar de demasiadas palabras, es cierto que algunos conceptos han adquirido especial importancia en los últimos tiempos. Se trata de todo aquello que vincule a un producto con las ideas de “artesano”, “casero”, “sano”, “bio” incluso.
Sólo hace falta observar los lineales de un supermercado cualquiera para percatarse de la elevada presencia de términos del estilo que se comentaban. No es porque sí. Las marcas saben de la preferencia del público por aquello que ha sido hecho según técnicas alejadas de lo industrial, por aquello que es respetuoso con el medio ambiente incluso. Y puede que no se trata de algo fortuito o poco indicativo de nada, puesto que a la par ha aumentado el éxito de conceptos paralelos como el turismo rural o el enoturismo.
Sin ir más lejos España es uno de los lugares con mayor oferta a efectos vitivinícolas. La piel de toro cuenta con muy buenos caldos y con renombradas denominaciones de origen que ya hace tiempo que ubicaron los vinos españoles en la cima de los vinos mundiales junto a productos franceses o italianos. Esto redunda en algo positivo como es el enoturismo, o turismo alrededor de todo lo que el vino implica. Una visita a un viñedo, una degustación de vinos en la bodega aledaña, un tapeo acompañando o una visita cultural para descubrir la riqueza de la zona… son grandes actividades que se pueden hacer relacionado con el enoturismo. Y por supuesto uno no puede abandonar tal visita sin hacerse con una botella al menos de ese producto que acaba de conocer desde la cepa y degustar en el mejor escenario.
Por eso las cajas de regalo, aunque a priori no lo parezca, son un elemento imprescindible. Sólo hace falta releer algún pasaje de lo que se comentaba antes sobre packaging. Estar en tan privilegiado y delicado lugar no exige otra que poder llevarse un pedacito de ese encanto a casa, una vez la rutina vuelva a hacer acto de presencia. Y para enlazar con esa imagen romántica, con ese halo de artesanía pura, no procede otra cosa que dar al visitante un envoltorio a la altura de las circunstancias. Está claro que envolver la botella de ese vino sutil en un papel de diario o meterla en una simple bolsa, no son la mejor opción. Sin embargo la posibilidad de hacerse con cajas de regalo específicamente diseñadas para botellas de vino son el complemento perfecto. Son el packaging ideal —que además se puede comprar online y en grandes cantidades— para que toda botella de Rioja luzca como la joya que es. Por una parte la bodega enlaza, amplia y propaga la identidad visual, mientras que por otra el consumidor consigue un producto en armonía con la experiencia vivida. Por eso conviene poner atención en los detalles en algo como ele packaging, porque cuentan más de lo que pudiera parecer, a todos los niveles.
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