Catar vinos no es beber. Aunque el vino se elabora para beberlo y disfrutarlo, también hay ocasiones en las que un vino tiene que ser juzgado y evaluado. Además, dominar el arte de la cata es esencial con el fin de sacar el máximo a los vinos que tomamos.
Para los no iniciados, la idea de asistir a una cata de vino puede parecer desalentador. Estamos acostumbrados a beber nuestro vino con las comidas, por lo general en un ambiente relajado y agradable. La idea de unirse a profesionales, que beben y escupen y hablan de aromas a flores, que traen a la mente el olor a pis de gato y el sudor de una silla de caballo puede ser un poco desagradable. Pero dominar el arte de la cata es esencial para disfrutar a fondo de un vino.
La buena noticia es que no todas las sesiones de cata se toman tan en serio, y que los elementos esenciales de la cata son fáciles de aprender y ayudan a aprender acerca de los tipos de vinos que te gustan – o no – y por qué. Conforme pasa el tiempo y se va ganando más experiencia, se va ganando muchísima confianza al evaluar los vinos que se catan. Con tiempo y práctica se adquiere una gran memoria para los aromas y sabores, llegando a poder identificarse el origen de un vino, así como la variedad de uvas que han sido utilizados en su elaboración.
Lo importante a recordar es que cualquier persona puede ser un buen catador, siempre que se tenga un sentido intacto del olfato y el gusto, y se esté dispuestos a concentrarse.
Mientras que la mayoría de catas – que tienen lugar a diario en todo el mundo – son para profesionales, hay un montón de oportunidades para los aficionados al vino. En sus esfuerzos para atraer y mantener a los clientes, incluso supermercados ahora organizan catas. E incluso no es infrecuente la organización de catas en domicilios de particulares.
Otra alternativa es unirse a un club de catas próximo – echando un vistazo en el periódico local. Las visitas a las regiones vinícolas de todo el mundo también ofrecen un montón de oportunidades para probar los productos de los elaboradores de vino del lugar. Esta es un gran manera de profundizar en el conocimiento de los vinos, dado que los bodegueros suelen ser grandes entusiastas de dar información detallada acerca de sus vinos a cualquier visitante que muestre un poco de interés.
Por último, otra forma de practicar el arte de la cata es con un grupo de amigos con gustos similares y empezar a realizar sesiones regulares de cata de vinos. La experiencia dice que es una de las maneras más divertidas de pasar una velada entre amigos.
Las condiciones ideales para una cata son sencillas: una habitación tranquila y una buena iluminación. Las copas deben, por supuesto, estar perfectamente limpias, de manera que se pueda disfrutar plenamente tanto en el aroma y el sabor de los vinos. Si las copas son Riedel, pues mejor que mejor, al estar específicamente diseñadas para el mayor disfrute de los aromas y sabores del vino.
Un último consejo: No está de más tomar notas de lo que se cata. Esto nos proporcionará una valiosa fuente de referencia cuando se trata de comprar vinos. Los catadores profesionales mantienen sus notas durante años. Un buen regalo para un aficionado al vino y quedar muy bien sería este cuaderno de cata de Moleskine.
Si quieres organizar una cata no dudes en contactarnos, estaremos encantados de echarte una mano.
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